Historia

 

CAPITULO VII

 

ESTRUCTURA DE LA ERMITA DE SAN ANTÓN

 

Este capítulo será el último que dedicaremos a la ermita de San Antón, analizando la forma de construcción, típica de ese momento y constatado así por los textos que nos hablan de ermitas ya desaparecidas por diversas causas y otras que aún perduran en la actualidad.
Al aproximarnos a la ermita, sita en la planicie de un pequeño cerro, a media legua de la población, encontramos un edificio alargado de forma uniforme, rota dicha uniformidad por la mayor altura de la parte que mira hacia el este y que es la cabecera, la cual alberga la capilla principal donde se sitúa el altar. Su cubierta es a cuatro aguas, presentando en el interior una bóveda de crucería, tipo reservado para las partes más importantes como lo era la zona del altar, mientras que el resto presenta una cubierta a dos aguas, idónea para poder cubrir el cuerpo de iglesia con madera -de- pino1-- a par- e hilera, -siendo los -pares -los que se encargan

Cubierta a par e hilera y bóveda del altar en e interior de la ermita

de transmitir los empujes hacia los estribos que descansan en las paredes, y la hilera es el tramo de madera horizontal donde se sujetan los pares, formando una especie de vértice. Los tirantes se encargan de contrarrestar los empujes al estar situados de forma horizontal entre los estribos y apoyarse sobre unas zapatas2. La madera no sabemos cuánto costó pero sí lo que se pagó a los que fueron por ella: "dos fanegas y media de trigo que dio a los que fueron por la madera". Esta parte de la ermita es la que forma el tramo más grande de la misma, lugar en el que se encuentran los bancos para los fieles en la actualidad. En el siglo XVI la zona del altar estaba separada del resto de la ermita por una reja de madera, pues así nos lo indica la visita de 15353, este elemento se conoce con el nombre de "deesis" siendo utilizado sobre todo en la Edad Media para separar el espacio donde el sacerdote realizaba la consagración del resto de la ermita, ocupada por los fieles.
En la capilla principal se encontraba la imagen de San Antón de bulto redondo en un tabernáculo, que se mandó hacer en la visita de 1550, así como otra de pincel que suponemos sería un cuadro con la imagen del Santo, imagen que por otro lado también se encontraba pintada en un frontal de lienzo4.
La uniformidad que se aprecia desde el exterior no se corresponde con el interior, ya que a la parte descrita se une un habitáculo con poyos alrededor de las paredes, siendo esta la forma en que se daba asiento a los fieles, igual que ocurría en la ermita de San Sebastián siendo testimonio de ello la descripción de la visita de 15245. La parte citada situada a los pies se relaciona con el resto de la ermita a través un gran vano central de forma rectangular a cuyos laterales se suman otros dos, uno a cada lado, más pequeños en forma de ventanal dispuestos de forma simétrica. Por otro lado la techumbre aquí ya no es solamente de madera sino que se comparte ésta con la obra de albañilería, abundante en las casas antiguas de la zona: grandes tijeras soportan el peso transmitiéndolo hacia los muros, mientras que un número de maderas colocadas a igual distancia y de forma perpendicular a los tirantes se ocupan del cerramiento, para lo que se solía utilizar una especie de argamasa con yeso y carrizo u otros materiales, a continuación se blanqueaba dando una mano de cal y se obtenía el resultado que podemos observar esta fotografía.

Cubierta de los pies de la ermita


Volviendo al exterior de la ermita vemos como está hecha de cal y canto, siendo descrita en las visitas como "paredes de piedra e barro y rrebocada de cal"6 apreciando los remates de las esquinas de piedra al igual que el arco de la puerta que da acceso a la ermita, el cual es de medio punto y está formado por grandes dovelas de piedras irregulares, un tanto toscas. En la parte central aparece labrado el escudo de los Salazar, familia acomodada de la villa que como ya vimos contribuyó a que la ermita se pudiera terminar. El citado escudo está formado por trece estrellas distribuidas en tres columnas, la central de cinco y las laterales de cuatro, pudiendo encontrar esta misma representación heráldica en la capilla de los Salazar en el interior de la iglesia de Santa Catalina y en la fachada de una casa sita en la calle Don Rodrigo.
En el exterior, justo en el centro de la cabecera se encuentra el único contrafuerte con que cuenta la ermita, hecho de cal y canto al igual que ésta, con un pequeño tejado, para preservarlo de la posible humedad que pudiera recibir de la lluvia. En esta parte, en la zona que mira al mediodía vemos dos pequeños vanos, uno que da a la parte del altar y el otro a la zona reservada para sacristía.
La ermita se encuentra totalmente encalada por dentro y por fuera, apareciendo esta característica en las primeras descripciones que existen de ella: "tiene las paredes rrevocadas de cal"7, lo cual se haría para una mejor conservación, teniendo en cuenta su aislamiento y lejanía de la población, y al estar más expuesta a las inclemencias meteorológicas por su situación.
Como hemos visto en los capítulos anteriores, la ermita se construyó en la primera mitad del siglo XVI, comenzando su construcción por la cabecera, y alargándose durante algo más de veinte años, a causa sobre todo de los problemas para conseguir la financiación necesaria.





Notas.

-1.La madera de pino se solía traer a la localidad de la Sierra de Alcaraz quedando así constatado en una visita que nos describe la casa del Bastimento (1507). ---------------------------------------------------------------------2 LÓPEZ GUZMÁN, Rafael: Arquitectura mudéjar: del sincretismo medieval a las alternativas hispanoamericanas. Ediciones Cátedra. Madrid, 2000, pág. 122.
-3.ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL (AHN). Sección Ordenes Militares. Santiago. Libro 1082C. Visita de 1535, pág. 81..
-4.AHN. Sección Órdenes Militares. Santiago. Libro 1085C. Visita de 1150, pág. 1139.
-5. AHN. Sección Ordenes Militares. Santiago. Libro 1080C. Visita de 1524, pág. 487.
-6.AHN. Sección Ordenes Militares. Santiago. Libro 1082C. Visita de 1535, pág. 81.
-7.Ibídem, p.p. 81 y 82.