Historia

 

CAPITULO I

 

POLEMICA SOBRE LOS ORIGENES DE LA PARROQUIA

Hasta hace poco se consideraba que la iglesia de Santa Catalina de La Solana se había construido sobre un antiguo castillo árabe, apoyándose esta teoría en un documento fechado en 1187, en el cual D. Pedro Fernández de Castro hizo donación a la Orden de Santiago de varios castillos, entre los que estaban incluidos los de Solana y Santa Cruz, pensándose que se referían a La Solana y Santa Cruz de los Cáñamos. A partir de esa teoría Hervas y Buendía, en su conocida y muy citada obra, realizó una recreación de su origen, indicando que "al principio de su población habilitaron para iglesia una de las dependencias del castillo; pero siendo ésta insuficiente para el vecindario, en el siglo XVI se levantó sobre las ruinas de la antigua fortaleza la nueva iglesia parroquial, de una sola nave, de estilo gótico del tercer período. Debió conservarse el torreón del castillo, que servía de campanario…1", explicación que ya de principio adolece de algunas lagunas, que además continúan en el resto del capítulo dedicado a La Solana, donde indica que las ermitas del Santo Cristo del Amor, Sta. Quiteria, San Antón, Virgen de las Angustias y extramuros San Isidro se debieron construir en fecha desconocida y posterior a 1575, cuando la primera se hizo veinticinco años antes de esta fecha, y las dos siguientes en la primera mitad del siglo XVI y las del Humilladero, Santa Ana o San Miguel ni las cita.


Como podemos observar hasta este momento todas las piezas del rompecabezas parecían encajar, y la aparición de una subida de escaleras de caracol, durante la reciente restauración, parecía confirmar dicha hipótesis, y aunque el estudio arqueológico la databa en el siglo XV, su antigüedad se buscó en las marcas de cantero que podrían indicarnos el origen de dicho "torreón" 2. Sin embargo hay que tener en cuenta que una hipótesis apoyada sólo en las marcas de cantero sería muy endeble, y más tras los recientes estudios que estamos llevando a cabo y en los que hemos descubierto la verdadera datación constructiva de ciertas ermitas que siempre han sido adjudicadas al comendador de turno o a la persona que se pensaba que en esos momentos podía tener mayor influencia, sin parar a documentarse lo más mínimo posible, pero volviendo a las marcas de cantero que son las nos ocupan ahora, diremos que éstas más que un carácter esotérico, tenían por objeto permitir que los canteros cobraran la parte de la obra que habían hecho, por lo cual la marcaban, repitiéndose éstas marcas en épocas diversas, y por poner un ejemplo en el torreón de Alcázar de San Juan se han encontrado hasta 66 marcas de cantero.

Puerta de entrada a la escalera de caracol

El estudio realizado por Francisco Javier Escudero sobre el origen de la iglesia de Santa Catalina ha desmontado todas estas hipótesis, hasta que se demuestre lo contrario. Escudero ha analizado el documento de la cesión de los castillos, descubriendo que todos éstos se encontraban en la misma comarca extremeña (Cabañas, Monfragüe, …) y que los dos castillos que se creían de Solana (La) y Santa Cruz (de los Cáñamos), en realidad correspondían a los pueblos de dicha comarca extremeña Solana y Santa Cruz de la Sierra, mientras que D. Pedro Fernández de Castro no era el primer maestre D. Pedro Fernández, que por cierto lo fue entre 1170 y 1184 año3 en que murió, lo que difícilmente le permitiría ceder un castillo tres años después de muerto, por lo que se produjo un baile de años por algunos autores en un intento de cuadrar las fechas, siendo en realidad D. Pedro Fernández de Castro, señor de Trujillo4 , con lo que todo queda limitado a una misma zona, cuestión lógica por otro lado. Si no es válido el documento base de todas las hipótesis sobre el castillo de La Solana, muy citado y poco analizado, quedarían desmontadas todas las teorías que se han argumentado después, tomando como principal y única fuente la cesión del castillo.

El hecho de que no existiera el castillo lo corrobora la relación de Bernabé y Chaves, en su obra "Apuntamiento legal sobre el dominio solar de la Orden de Santiago en todos los pueblos", citando documentos del "Bullarium de Santiago", en el que aparecen los 32 castillos y torreones existentes en el Campo de Montiel, no figurando entre los mismos el de La Solana, hecho muy extraño ya que si fue cedido, como dicen en 1187 (ó 1184), es inexplicable que en una relación tan exhaustiva y realizada tan poco tiempo después (1243)5 y que incluye todo tipo de construcciones defensivas, no aparezca La Solana, y tampoco aparezca en los pueblos con iglesia, que son 13 según la relación de Chaves ó 18 según la Concordia de Toledo, entre el arzobispado de Toledo y la Orden de Santiago y si no aparece en ninguna de las dos, no sería achacable a un error, sino a la inexistencia del castillo. Además muchos autores se han confundido al interpretar este texto, ya que aunque aparece La Solana, se refieren a ella como uno de los 13 pueblos con iglesia que en el momento de escribir la obra (1740) forman el Campo de Montiel junto con 10 que han sobrevivido de los 18 que existían en 1243, por tanto no como una de las primitivas iglesias sino una de las creadas con posterioridad a 1243

Con lo expuesto en los párrafos anteriores, no cuestionamos la antigüedad de la iglesia, sino la teoría del castillo predecesor. La iglesia según parece, aunque no exista o no se halla encontrado documento alguno que lo demuestre, sino referencias sobre ello, se comenzó a construir en 1420, terminándose en 14336 , datación bastante realista si tenemos en cuenta que en 1468 la población era de doscientos vecinos7 y la plaza de La Solana se constituyó por primera vez como espacio urbano para una población de cien 8 , con lo que se construiría en el mismo momento que la iglesia o incluso antes.
La primera referencia que aparece sobre la iglesia y solamente citándola de pasada, la encontramos en la visita de 1468 "La Solana que oy tyene doscientos vesinos poco mas o menos y tiene una torre de cal y canto que solía ser de la yglesia y tiénela agora el comendador e fortaleçiola"9, es decir que nos dice lo contrario de lo que hasta ahora se había creído, no estaba la iglesia hecha sobre un castillo, sino que el comendador tomó la torre de la iglesia, y la convirtió en un torreón defensivo.
No nos indica nada más de la iglesia y habrá que esperar diez años, hasta que en 1478 nos hagan una descripción de la misma, algo escueta, ya que sólo ocupa poco más diez líneas y no nos indica ni siquiera su advocación, aunque sí da algunas informaciones interesantes, "y luego los visytadores fueron a la yglesia parroquial de la dicha villa e hallaron que tenia por la fabrica della un dezmero e fallaron por cura della a Blasco Ferrandes clérigo de la orden de San Pedro el qual esta con presentación de la Orden e con otra del arçobispo de Toledo, tiene unas casas en que mora…". Vemos por tanto que la iglesia tenía un dezmero10 y hallamos el primer cura de la iglesia que aparece citado en los documentos, Blasco Ferrandes, el cual era clérigo de San Pedro, lo cual significaba que era clérigo secular, no perteneciente a la Orden de Santiago, lo que sucedía porque no se contaría en ese momento con muchas rentas para mantener un cura, por lo que se buscaba uno ajeno a la Orden, hecho que ocurría en otras localidades próximas como Torre de Juan Abad o Montiel . El cura tenía carta de presentación de la Orden, (en este caso se refiere a la de Santiago) y del Arzobispo, lo que muestra la dualidad del poder espiritual en el campo de Montiel11, siendo el cura nombrado por la Orden de Santiago, y debiendo después ser confirmado por el Arzobispo de Toledo o por su delegado en la zona, el Arcediano de Alcaraz, con lo que nos encontramos con una doble jurisdicción eclesiástica, mostrada claramente en el caso del cura de La Solana. El cura estaba enfermo ("se le come las narices una ponçoña") y tenía un capellán que le ayudaba en sus funciones. La enfermedad no sería muy grave ya que continúa al frente de la parroquía en 1480. Un poco más adelante encontramos otro de los cargos de la iglesia, que es: "Juan Gomes mayordomo12 de la dicha yglesia".

La iglesia también posee unas casas, situadas posiblemente en las proximidades de la misma, donde habita el cura y que las visitas nos indican que son propiedad del curato (parroquia), mientras que de los bienes de la iglesia, describe someramente: "tres caliçes de plata con sus patenas e una crus de plata e otros ornamentos" sin dar más detalles13.

Notas
1. HERVAS Y BUENDÍA, Inocente: Diccionario histórico, geográfico y bibliográfico de la provincia de Ciudad Real. Establecimiento tipográfico del Hospicio Provincial. Ciudad Real, 1899, pp. 529, 530 y 531.
2. CERCOS GARCÍA, Luis Francisco: "Sobre la posible datación de una marca lapidaria encontrada en la Iglesia de Santa Catalina" en Gaceta de La Solana nº 163 (Enero-Febrero 2001), pág. 40 y nº 164 (Marzo-Abril 2001), pág. 36.
3.RADES Y ANDRADA, Francisco: Chronica de la Orden y Cavallería de Santiago. Madrid, 1629, pág. XVII.
4. ESCUDERO BUENDÍA, Francisco Javier: "Santa Catalina de La Solana. Aproximación a su origen" en El Periódico del Común de la Mancha. Especial Ferias y Fiestas de La Solana 2001, pp. 25 a 31. Este artículo es un avance de su trabajo de investigación sobre la iglesia de Santa Catalina de La Solana entre los siglos XII y XV.
5. CHAVES, Bernabé: Apuntamiento legal sobre el dominio solar de la Orden de Santiago en todos los pueblos. Ediciones El Albir. Barcelona, 1975 (impresión facsímil de la obra de 1740), pág. 41 vuelta.
6 ROMERO VELASCO, Antonio: Historia de la Solana. Imprenta Posadas. La Solana, 1940, pág. 92.
7. Cuando hablamos de vecinos nos estamos refiriendo a familias, por lo que para saber el número real de habitantes, habría que multiplicar esta cantidad por el factor 4'5, que a pesar de la diversidad de opiniones, creemos es el más aproximado a la realidad.
8.FLORES GUERRERO, Pilar: "Pequeñas aportaciones al estudio de la plaza de La Solana" en Cuadernos de Estudios Manchegos nº 16, 2ª época. Instituto de Estudios Manchegos. Ciudad Real, 1986, pág. 169.
9.RCHIVO HISTÓRICO NACIONAL (AHN). Sección Ordenes Militares. Santiago. Libro 1233C. Visita de 1468, pág. 71.
10. El dezmero o diezmero era la persona encargada de cobrar los diezmos, impuesto percibido por la iglesia y que equivalía a la décima parte de la producción agraria o ganadera.
11.MOLINA CHAMIZO, Pilar: Iglesias parroquiales del Campo de Montiel (1243-1515). Biblioteca de Autores Manchegos. Ciudad Real, 1994, pág. 59. ---------- 12. El mayordomo era el responsable de la administración económica, en este caso de la iglesia, encargándose de recaudar los ingresos y de atender a los pagos.
13. AHN. Sección Ordenes Militares. Santiago. Libro 1063C. Visita de 1478, pág. 255.