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E Las obras de la iglesia de Santa Catalina de La Solana se reactivaron al comenzar
la segunda década del siglo. El 7 de agosto de 1511 los visitadores de
la Orden de Santiago Alonso Fernández Diosdado y Pedro González
de Mérida, cura de Latón se encuentran con las obras en plena actividad
como lo muestra la descripción que realizan de la iglesia: "una nave
armada sobre arcos travesados de canteria que estan aballados y abiertos en peligro
de caerse los mas de ellos e de un arco a otro va su maderamento de pino e son
todas las paredes de cal y canto y tiene una buena capilla de obra gruesa e bien
costosa e grande toda de cal y canto y el arco toral y trazeros de canteria e
esta por acabar la boveda en la qual hallaron labrando y fechas las zimbras e
ay en la dicha iglesia una buena tribuna e dos portadas con sus puertas y cerrojos"(1)
. Esta completa descripción nos muestra como iban las obras y como se habían
realizado ya los nuevos arcos del cuerpo de la iglesia, aunque todavía
se conservaba en parte la vieja cubierta de madera, y cómo ésta
se iba desmontando poco a poco, al tiempo que se realizaban los nuevos techos
de cantería; además se había construido la capilla de los
Salazar que nos describen como la gran obra que es, y nos indican el peligro de
hundimiento, por estar algunos arcos todavía abiertos al encontrarse realizando
la nueva obra sobre la vieja. Al llevar a cabo la visita se encuentran los maestros
canteros labrando la bóveda, estando ya hechas las cimbras(2)
.
En estos momentos además del mayordomo de la iglesia, nos encontramos
con un mayordomo de obra, práctica que como hemos visto es habitual cuando
se están llevando a cabo importantes obras en la iglesia, así se
indica que el mayordomo Francisco Muñoz de Loysa gastó cuarenta
y seis mil setenta y seis maravedíes en las obras de dicho año(3)
, cantidad bastante apreciable, aunque las cuentas las estudiaremos con más
detenimiento en el próximo capítulo.
Los visitadores ordenan
se gaste el alcance de la iglesia en la obra, así como en la capilla que
se está haciendo para que "se fenezca e acabe juntamente con los maravedíes
del otro alcance fecho al dicho Francisco Muñoz mayordomo de la obra"
dejando lo que fuera necesario para las "cosas convenientes" de la iglesia,
y que se vendan los bienes que han sido donados(4)
.
En 1515 la obra está paralizada, con el consiguiente peligro de derrumbe
ya que los arcos se encuentran abiertos. Al no haber obras tampoco hay mayordomo
de las mismas, sin embargo la paralización es sólo momentánea
pues los visitadores Íñigo López de Perea y Gonzalo García
Montesinos, cura de Llerena, ordenan al mayordomo que los maravedíes que
tiene de alcance y todos los que reciba en adelante se gasten en solar la capilla
principal que está hecha y se hagan sus poyos y asientos alrededor de ella
"e todo lo que demas quedare gaste en la obra que esta començada construyendo
el cuerpo de la dicha yglesia hasta la fenesçer e acabar" y si falta
dinero para terminarlas que el concejo de la villa pida licencia a su Alteza para
arrendar una dehesa y se utilice para conseguir los fondos necesarios en la realización
de la obra "porque sy no se haze la capilla que esta fecha tiene mucho peligro
porque esta suelta e sy no se remedia con hazer adelante otras capillas que la
tengan" corre peligro de caer ya que se ha quebrado en algunas partes. Al
mayordomo le dan de plazo un año para que gaste los maravedíes que
tiene y al concejo le mandan pida licencia para arrendar la dehesa (que ya lo
ha sido en años anteriores) con el objeto de poder terminar la obra, bajo
pena de diez ducados para la redención de cautivos si no cumplen con lo
mandado (5).
Otra capilla que se está
comenzando a construir en estos momentos es la llamada de los Castro, para la
cual dio "otras casas e tierras que mando Leonor de Castro a la dicha yglesia
que es en Valhermoso e dize en libro de la visitación pasada se vendio
todo para la obra de la capilla e quedaron dello cien vides linde Francisco González"(6)
. Vemos como la familia Castro entregó bienes para la realización
de una capilla y una vez vendidos comenzarían las obras entre los años
1510 y 1515, acabándose posiblemente a finales de la década o en
los primeros años de la siguiente. En 1524 ya aparecen claramente definidas
las dos capillas de la iglesia como ya hemos visto en el capítulo anterior.
Por otro lado no debe extrañarnos que estas capillas se realizaran
más deprisa que la obra de la iglesia ya que eran espacios bastante reducidos
si los comparamos con el resto de la misma, a la vez que eran sufragadas con el
dinero de poderosos vecinos, los cuales deseaban tener un espacio privado en la
iglesia así como un lugar para su enterramiento.
Portada
de la Capilla de los Castro
La capilla de los Castro se encuentra en el lado del evangelio al igual que la
de los Salazar, ocupando un espacio más reducido, la cubierta es una bóveda
de terceletes apoyada sobre ménsulas esculpidas con idéntica temática
que la de la portada que da acceso a la capilla, mejor lograda en este caso, ya
que las cuatro son idénticas, no sucediendo lo mismo en la portada donde
se aprecian importantes errores, quizá debido a la presencia de al menos
dos canteros distintos.
La decoración de la portada se reparte a lo
largo de las jambas y del arco, en este caso mixtilíneo (7).
La parte exterior presenta temática vegetal, encontrando diez flores en
la parte de la derecha repartidas de forma homogénea y once en la parte
izquierda donde encontramos dos flores juntas quedando un tanto desequilibrada
su distribución, evidentemente pensamos se trata de un error. Por otro
lado indicar que las flores de la izquierda no son iguales que las de la derecha;
ambas partes quedan flanqueadas por unas columnillas adosadas que dan la sensación
de estar inacabadas. La portada queda recorrida en su totalidad por una especie
de motivos animales relacionados con la mitología ya que parecen representar
alas, escamas, caracoles, entre otros, aunque sin formas definidas. Aquí
es importante destacar que al igual que ocurre con las flores se observan algunos
errores siendo la portada totalmente simétrica hasta las líneas
de impostas, a partir de las cuales unas figuras se estilizan, mientras otras
se retraen.
Detalle
de decoración de la portada de la Capilla de los Castro
Tras este análisis y como ya hemos anotado anteriormente pensamos
que la obra de la portada sería realizada por dos canteros, uno más
tosco que realizaría la parte situada a la izquierda y la que conforma
el arco en sí, y otro más estilizado que realizaría el resto
de la portada, la bóveda de la capilla y ménsulas incluidas, así
como los capiteles corridos de varios pilares de la iglesia en los que encontramos
igual decoración.
¿Quiénes serían los canteros
que trabajaron en la citada capilla?. La visita de la 1524 nos puede dar alguna
respuesta al indicar el mayordomo de la iglesia de Santa Catalina: "cinco
mill e novecientos e quinze maravedíes que pago a Francisco de Luna cantero"
(8). Si tenemos en cuenta que ya desde 1522
(y tal vez antes) el maestro de obras de la iglesia era Juan de Baeza y lo fue
al menos hasta 1531(9) , el hecho de que
se le pagara esta cantidad a Luna podría ser para realizar algunos trabajos
especiales en la misma: acabar la capilla de los Castro así como algunos
pilares, en los que encontramos adornos idénticos que los de la capilla.
Varios hechos que pueden corroborar esta afirmación son: el maestro Francisco
de Luna se encontraba en 1522 en Villanueva de los Infantes realizando la tasación
de las obras de su iglesia (10)y el pago
realizado por el mayordomo de La Solana se realizaría en dicho año
o en 1523, posiblemente por terminación de obras, no siendo extraño
que dada la cercanía de ambas poblaciones realizara trabajos en las dos.
Además hay que tener en cuenta que el maestro Francisco de Luna era un
experto en la realización de portadas, destacando entre sus obras la de
la capilla de los Apóstoles de la catedral de Cuenca y las portadas norte
y oeste de la iglesia de San Andrés de Villanueva de los Infantes, dejando
una importante huella en el Campo de Montiel, en la zona de Alcaraz y en el convento
de Uclés, donde fue maestro de obras entre 1529 y 1551 año en que
murió, siendo uno de los canteros preferidos por la Orden de Santiago.
Todo ello haría posible que en fecha tan temprana se hubiera encargado
de trabajar en la portada y capilla de los Castro de la iglesia de Santa Catalina
de La Solana, siendo esta una de las obras que primero realizó y no la
de Villanueva de los Infantes como afirma Mari Luz Rokiski(11)
, antes de consagrarse como el gran maestro que fue.
Bóveda
de terceletes de la Capilla de los Castro
Los Castro es otra de las familias más importantes de La Solana. Su linaje
tiene origen castellano, siendo naturales de la villa burgalesa de Castrojeriz,
y es uno de los cinco linajes castellanos procedentes de sus antiguos reyes, junto
a los Lara, Haro, Guzmán y Villamayor. El significado etimológico
del apellido Castro es "castillo" e indica la fortaleza del linaje.
Su establecimiento en La Solana se debió hacer en fecha temprana, pues
estaban claramente asentados en el siglo XV, apareciendo un Juan de Castro como
lindero de unas tierras pertenecientes a la iglesia de Santa Catalina, situadas
en las proximidades del Camino Real en la primera descripción de tierras
de la villa realizada en 1480(12) , siendo
la base de su riqueza la posesión de tierras, como le ocurría prácticamente
a la mayoría de las familias que controlaban la economía y la política
local.
A principios del siglo XVI el cabeza de familia era Juan de Castro,
que aparece como el titular de la capilla, aunque las primeras donaciones de casas
y tierras para comenzar las obras fueron realizadas por Leonor de Castro, que
casi con toda probabilidad sería hermana suya. El apellido Castro no aparece
entre los vecinos cuantiosos de la villa ni a finales del siglo XV ni en la primera
mitad del XVI, lo cual nos indica claramente que no formaba parte de los caballeros
cuantiosos, sino que eran hidalgos, al igual que los Salazar, siendo miembros
de la baja nobleza por derecho y no tenían necesidad de demostrar unos
ingresos para alcanzar dicha posición social. A partir de 1520 ocupan con
asiduidad cargos municipales, encontrando a Juan de Castro entre los oficiales
del ayuntamiento en 1521 y 1522 (13), mientras
que en la siguiente década aparece Antón de Castro como regidor
de la villa en 1535(14) y en 1550 como vecino
cuantioso (15), mismo año en que
encontramos a otro Juan de Castro, hijo del titular de la capilla, como regidor
cargo que también ocupaba en 1553. La causa de que un Castro, Antón,
aparezca como vecino cuantioso es debido a que posiblemente sea un hermano menor
de Juan de Castro (que sería el primogénito pues mantenía
el patronímico familiar) y por tanto no heredará el título
de hidalgo, por lo que deberá demostrar poseer un patrimonio económico
para poder formar parte de los "exentos", que estaban libres de pagar
impuestos. Para que lo entendamos mejor, dentro de lo que podríamos llamar
nobleza local, podemos distinguir dos escalas: en el escalafón más
alto encontramos a los hidalgos que habían accedido a dicha dignidad por
sangre o algún privilegio, mientras que en la parte más baja encontramos
los caballeros o vecinos cuantiosos, pecheros que gracias a haber alcanzado una
cierto nivel económico y superar sus bienes cierta cantidad eran promocionados
al nivel de caballeros, aunque en un escalafón más bajo, manteniendo
dicho status siempre que superaran un límite de riqueza que en el último
tercio del siglo XV era de 30.000 maravedíes, ampliándose dicha
cantidad a comienzos del siglo XVI hasta los 80.000 maravedíes(16)
, lo que provocó que los 20 caballeros cuantiosos existentes en 1498 en
La Solana se redujeran a 3 en 1507 (cuando se aumenta la cantidad exigida), aunque
el esplendor económico que vive la villa hará que asciendan a 9
en 1515.
Los Castro detentaron importantes parcelas del poder municipal durante
los siglos XVI, XVII y XVIII, patrocinando la construcción de otra capilla
en la iglesia y algunos miembros de la familia alcanzaron importantes cargos como
D. Juan Antolínez de Castro, que fue comendador de Castroverde, teniente
general de los ejércitos y capitán general de las Baleares y Extremadura
hasta su muerte en 1750. La familia Castro se unió con otras importantes
familias de la villa, aunque esto corresponde a otros siglos de los que hablaremos
más adelante, y una prueba de ello la podemos encontrar paseando por la
localidad, pues en la mayoría de los escudos heráldicos que se conservan
podemos encontrar las armas de los Castro en algunos de los cuarteles en que se
encuentran divididos. El escudo heráldico de los Castro está formado
por seis roeles(17) de azur(18)
puestos de dos en dos sobre campo de plata (19).
NOTAS.
1.
ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL (AHN). Sección Ordenes Militares. Santiago.
Libro 1077C. Visita de 1511, pág. 59.
2.Las
cimbras son las vueltas o curvaturas de la superficie interior de un arco o bóveda
3.AHN.
Sección Ordenes Militares. Santiago. Libro 1077C. Visita de 1511, pág.
66.
4.Ibídem,
pág. 67.
5.AHN.
Sección Ordenes Militares. Santiago. Libro 1078C. Visita de 1515, pág.
79.
6.Ibídem,
págs. 64-65.
7.El
arco mixtilíneo es aquel que está formado por líneas rectas
y curvas.
8.AHN. Sección Ordenes Militares. Santiago.
Libro 1080C. Visita de 1524, pág. 484.
9.ARCHIVO
HISTÓRICO MUNICIPAL DE LA SOLANA (AHMLS). Signatura 1534. Libro de decretos
de ayuntamiento (1520-1531). Acuerdos de 9 de mayo de 1522 y de 5 de febrero de
1530.
10.FLORES
GUERRERO, Pilar: "Apuntes para el estudio de la Iglesia Parroquial de San
Andrés
de Villanueva de los Infantes" en Cuadernos de Estudios Manchegos nº
18, 2ª época. Instituto de Estudios Manchegos. Ciudad Real, 1988,
pág. 124.
11.VARIOS
AUTORES: Ciudad Real y su provincia. Tomo III. Editorial GEVER, S.A. Sevilla,
1996, pág. 122.
12.AHN. Sección
Ordenes Militares. Santiago. Libro 1064C. Visita de 1480, pág. 163.
13.AHMLS.
Signatura 1534. Libro de decretos de ayuntamiento (1520-1531).
14.AHN.
Sección Ordenes Militares. Santiago. Libro 1082C. Visita de 1535, pág.
67.
15.AHN.
Sección Ordenes Militares. Santiago. Libro 1085C. Visita de 1550, pág.
1146.
16.PORRAS
ARBOLEDAS, Pedro Andrés: La Orden de Santiago en el siglo XV. Editorial
Dykinson. Madrid, 1997, pp. 65, 66 y 68.
17.Los
roeles son piezas de forma redonda y plana, que son siempre de color, aunque en
los escudos realizados en piedra no se puede apreciar.
18.El
azur es el nombre que recibe el color azul en heráldica.
19.En
heráldica plata es un esmalte del grupo de los metales que se representa
con el color blanco.