Como vemos la enumeración de las tierras
de la iglesia nos dan una información muy
valiosa para conocer el término de La Solana
a mediados del siglo XVI, sus vías de comunicación,
caminos, pozos y en general el entorno rural de
la villa en esos momentos.
Los caminos existentes en la localidad comunicarían
la villa con las principales poblaciones vecinas
y con otras zonas de especial interés,
bien para acceder a zonas de cultivo (Dehesa,
Pozo del Ciervo, Aberturas, Caleruela), ventas
y posadas (Santa Elena) o molinos (Horcajo). Hacia
el norte encontramos el camino de Toledo, que
saldría del lugar donde se encuentra el
Humilladero, el siguiente hacia la izquierda es
el camino del Ciervo, que llevaría hacia
los Pozos del Ciervo, zona que se encuentra en
los límites de los términos de La
Solana, Membrilla y Manzanares, y en la que se
encuentran restos de una población prerromana.
Si bajamos hacia el noroeste encontramos el camino
de Manzanares, no citado en la enumeración
de tierras, y el de San Antón, que llevaría
hasta la ermita de dicho nombre, situada a un
cuarto de legua de la villa, continuando su recorrido
en dirección a Membrilla, y llegando al
este saldría el camino a la cercana villa
de Membrilla. En dirección suroeste nos
encontramos con el camino de Aberturas, que llevaría
hacia el despoblado de dicho nombre, donde se
encontraba la ermita de Consolación, hallándose
en la actualidad un poblado con dicho nombre,
siendo en esos momentos una zona de ricas tierras
en litigio entre las villas de Valdepeñas,
Manzanares y El Moral. Al sur de este camino estaría
el de Valdepeñas, que llevaría a
esta importante villa. Los caminos que se dirigían
hacia el sur eran el de Santa Elena, que iba a
la ermita y venta de dicho nombre, situada a dos
leguas, que en esos momentos era una zona de huertas
y molinos de agua, donde está situado en
la actualidad el pueblo de San Carlos del Valle.
A esta ermita se dirigían el tres de mayo,
día de la Cruz, en procesión los
vecinos de La Solana, para guardar un voto que
tenían por haberles librado de una pestilencia
. El siguiente camino, situado hacia el sureste
nos llevaría al molino del Horcajo, situado
en el río Azuer, en las proximidades de
lo que actualmente se conoce como La Campana,
seguido por el camino del Puerto, que se dirigía
al Puerto de Vallehermoso, y por el que llevaba
a Villanueva de los Infantes, donde se encontraba
la cabeza del partido y la residencia del Vicario
del Campo de Montiel. En el este de la villa nos
encontramos con el camino de la Dehesa, que se
dirigía a la dehesa del concejo, y el camino
de Alhambra; a continuación situado justo
al este de la villa, el que nos llevaría
a Ruidera. En esta zona se encontraría
también el camino de la Caleruela, que
posiblemente se dirigiría a la aldea conocida
como la Calera. Los caminos situados al noreste
no aparecen citados, posiblemente por el hecho
de que Argamasilla, tras varios avatares y mudanzas,
había sido establecida en su emplazamiento
actual hacía pocos años, aunque
existiría un camino que llevaría
hacia la villa de Alcázar de San Juan,
conocida entonces como Alcázar de Consuegra
y al castillo de Peñarroya.
Castillo
de Peñarroya
Esta
red principal de caminos, en el que estarían
incluidos dos caminos reales: primero el de Ciudad
Real a Alicante, que iría desde la Venta
de Borondo a Membrilla, La Solana, Pozo de la
Calera, Ruidera, La Ossa y El Bonillo, siendo
el otro el de Toledo al Campo de Montiel y Andalucia,
que llegaría a La Solana desde Venta Quesada,
situada entre Manzanares y Villarta por los Pozos
del Ciervo , a los que habría que añadir
los que se limitan a unir La Solana con las poblaciones
limítrofes o permitían el acceso
a molinos y zonas de cultivo, y que se completaría
con otros menos importantes de ámbito local,
que llevarían a las tierras situadas en
las proximidades de La Solana, entre los que podríamos
incluir el camino que sale del Pilar, y otros
que reciben el nombre de importantes propietarios
de la localidad, como los caminos de Juan Díaz
y el de Juan de Salazar.
Un
detalle que aparece en la relación de tierras,
es la existencia al inicio de prácticamente
todos los caminos de una cruz asociada a los mismos.
Estas cruces, cuyo origen puede proceder de la
costumbre romana de colocar imágenes de
los dioses protectores en las vías romanas,
tenían una doble función: servir
de indicadores del comienzo del camino, mientras
que la otra era una función religiosa,
permitiendo a las personas que iban a iniciar
un viaje, encomendarse a la protección
divina y rezar alguna oración antes de
emprender la marcha. Las cruces no eran propias
sólo de Castilla, encontrándolas
también en Aragón con el nombre
de peirones o pilones y en Galicia con el de cruceros.
Es de destacar que en la relación de tierras
encontramos una cruz que puede servir como recordatorio
de una muerte trágica, siendo citada: “la
cruz en que murió Juan García”,
aunque no sabemos si fue puesta como homenaje
al difunto, costumbre que todavía se mantiene
en la actualidad y que podemos observar al recorrer
nuestras carreteras, o si existía con anterioridad
tomando el nombre tras ocurrir el hecho luctuoso.
Las
tierras existentes en la localidad se dedicaban
en su mayoría al cultivo de cereales, predominando
sobre todo dos de ellos: el trigo y la cebada,
cuya producción se reparte aproximadamente
en un cincuenta por ciento. Aunque todavía
en pequeña cantidad, se observa cómo
las viñas van apareciendo entre las tierras
de la villa, produciéndose vinos tintos
de buena calidad “que son afamados en muchas
partes de estos reinos” . Las huertas son
muy escasas y se concentran en las zonas ricas
en agua, donde se podían cultivar verduras
y frutales, estas zonas eran: una en las afueras
de la villa, en las proximidades del Pilar, zona
muy rica en agua siendo conocida como Veguilla
del Pilar, mientras que la otra se encontraría
en los límites del término, en el
cauce del río Azuer, conocida como Vega
del Horcajo, al lado del molino de agua de igual
nombre, muy cerca de lo que en la actualidad se
conoce como Casa de la Campana. Encontramos otras
huertas que se conocen por el nombre o la profesión
de su dueño: Alonso Gómez Serrano
y del boticario, aunque desconocemos su localización,
debiendo estar situadas en alguna zona de norias.
En
cuanto a los molinos, muy abundantes en esta parte
del río, aparecen citados tres: el molino
del Horcajo, dentro del término de La Solana,
siendo en 1575 propiedad de Juan de Saldrán,
rentando unas sesenta fanegas de trigo anuales,
el molino de Antón de Mora, que también
aparece citado en las Relaciones Topográficas
de Felipe II, y cuya renta anual ascendía
a setenta fanegas de trigo, correspondiendo posiblemente
con el que se conoce en la actualidad como del
Blanquillo y finalmente el molino de Villena.
A pesar de sólo nombrar tres, había
numerosos molinos en las proximidades de la villa,
lo que ocurría es que estaban en el término
de otras poblaciones, lo que era óbice
para que muchos fueran dirigidos por vecinos de
La Solana, como una muestra del carácter
emprendedor de sus naturales en estos años.
En las Relaciones de 1575 eran trece los molinos
de agua, situados en el río Azuer o en
sus fuentes e incluso en Ruidera, controlados
y administrados por vecinos de La Solana, entre
los que estaban incluidas destacadas familias,
como los Salazar o los Castro, que los tendrían
arrendados, junto a otros vecinos de la villa,
que los administraban directamente .
Respecto
a los propietarios de la villa, encontramos cómo
entre los linderos de las tierras de la iglesia,
hay algunos nombres que se repiten un número
mayor de veces, lo que demuestra que eran grandes
propietarios, entre los que destacarían:
Juan de Salazar, Juan Díaz o la familia
Castro, mientras que otros muchos nombres y apellidos
aparecen una sola vez, por lo que representarían
a pequeños propietarios de La Solana, lo
que nos muestra que había una cantidad
importante de vecinos poseedores de tierras, que
cultivaban ellos mismos y que conformaban una
clase social de agricultores, apareciendo entre
los propietarios los siguientes apellidos: Antequera,
López, Díaz Palomo, Tercero, Mateos,
Gómez, González, Guerrero, Sánchez,
Canuto, Mota, Rodrigo, González Albo, Díaz
Orejón, Nieto, Valenciano y otros muchos
más que sería demasiado prolijo
enumerar. Las casas de campo, tampoco serían
escasas, apareciendo citadas algunas como referencia
para delimitar las tierras citadas, como la de
Francisco Valenciano, Mingo Juan o Pedro López
Felipe.
En
cuanto a los accidentes geográficos, son
los cerros los más enumerados, destacando
entre otros, el cerro y ejido de San Antón,
por todos conocido, el cerro Blanquillo, que estaría
en las proximidades del molino del mismo nombre,
el cerro del Puerto, que se correspondería
con el actual de Vallehermoso, el cerro de la
Dehesa o el cerro Pajar y otros que tienen nombres
propios, como el cerrillo de Juan Hordones o el
de Pero Adan.
Otros
términos citados se corresponden con actividades
realizadas en ellos, como el Palomar de Morisma,
donde existiría un palomar y que se puede
corresponder con el que existía en el lugar
que hoy ocupa un conocido salón de bodas;
el Colminar, en el que habría colmenas
de abejas, para producir cera y miel o el Higueral,
e incluso hacen referencia a actividades productivas
no agrarias, como los Tejares, situado en el camino
de Santa Elena, y que ya existentes a mediados
del siglo XVI, se han mantenido casi hasta nuestros
días. Los topónimos en otros casos
hacen referencia a la existencia de pozos o zonas
con agua: el Pozo del Barro, el Pozorrón
junto al Costanazo, el Aljibe, el Pozo Álvaro,
el Charco de la Fuente, entre otros.
Las
denominaciones de algunas zonas próximas
a la localidad, todavía se conservan en
la actualidad, como el Portillejo, donde se encontraría
la cañada Limón, o la Serna, en
cuyas proximidades se citan los puntos conocidos
como el Toconar, que ahora se denomina Toconal
y en el que hay un pozo, o la Cañada, que
se correspondería con la actual Cañada
de Carneros. Sin embargo otras denominaciones
son de más difícil localización,
como las Escaramugeras, el Costanazo, los Mozuelos
o Savinilla.
NOTAS.
1.ARCHIVO
HISTÓRICO NACIONAL (AHN). Sección
Órdenes Militares. Santiago. Libro 1085C.
Visita de 1550, pp. 1114, 1115, 1116, 1117, 1118
y 1119.
2.
VIÑAS MEY, Carmelo y PAZ, Ramón:
Relaciones histórico-geográficas-estadísticas
de España ordenadas por Felipe II. Ciudad
Real. Centro Superior de Investigaciones Científicas.
Madrid, 1971, pág. 486.
3.
CORCHADO SORIANO, Manuel: Avance de un estudio
geográfico-histórico del Campo de
Montiel. Instituto de Estudios Manchego. Ciudad
Real, 1971, pp. 61, 62 y 161.
4.
VIÑAS MEY, Carmelo y PAZ, Ramón:
Op. cit., pág. 483.
5.
VIÑAS MEY, Carmelo y PAZ, Ramón:
Op. cit., pp. 35, 36 y 37.