La
construcción de una torre nueva para la iglesia
de Santa Catalina era una de las obras de mayor envergadura
que era necesario realizar, quizás por ello en el
año 1546, los maestros Juan de Baeza y Juan Garnica
habían calculado que era necesaria la cantidad de
quinientos mil maravedíes para poder llevarla a cabo(1).
Esta tasación se tendría muy en cuenta seis
años más tarde, a la hora de realizar el concurso
para construir la torre, pues sería
la cantidad de salida.
Para
la construcción
de la torre se presentaron dos proyectos, uno de ellos realizado
por Alonso Galdón y el otro por Pedro Mújica,
y para ver cual de los dos era el más adecuado, el
cura beneficiado de la iglesia, el bachiller Santisteban,
junto a dos personas nombradas por el Ayuntamiento de la
villa, enviaran una carta con ambos proyectos, junto a un
cuestionario, al maestro Alonso de Covarrubias, que desempeñaba
el cargo de veedor de las obras de la Santa Iglesia Mayor
de Toledo y del Alcázar de dicha ciudad y era maestro
de las obras de su Majestad, y que tras estudiar ambos proyectos,
indicará cual es el más apropiado, así como
las recomendaciones necesarias para su realización.
Alonso
de Covarrubias “vistas las dos traças,
la una y la otra son buenas, aunque con calidad y costa
muy diferentes”, se decantará claramente
por uno de los proyectos, el presentado por Alonso Galdón,
teniendo en cuenta que “se deve labrar con moderación
de las costas y del bien de la dicha iglesia”.
Sin embargo, este proyecto “requiere enmiendas
y apuntamientos y si el maestro ansy los siguiere, la dicha
torre y lo que en ella se hiciere sera muy bastante y vistoso
el edifiçio de la yglesia”. Las recomendaciones
las indicará en un total de 22 “capítulos” o
respuestas, a las consideraciones que se le habían
hecho sobre el proyecto, y que vamos a ver a continuación(2)
El
primer capítulo se refiere al tamaño de
la torre, y tras observar que en el proyecto de Galdón,
el cuadro de la torre ocupa “todo el hastial del
ancho que tiene la yglesia por donde esta el torreon viejo
de las campanas”, esto le supondría un
tamaño de “quarenta y tantos pies de ancho”,
lo que daría lugar a un “cuerpo de torre
fuera de toda proporçion y buen corte”,
provocando por otro lado demasiado gasto, por lo que recomienda
que el tamaño de la torre “no sea mas de
treinta y quatro pies en
cuadro(3),
sera muy mejor y mas vistosa para edificio de la torre y
con menos gasto y con que fuese para una villa de dos mil
vecinos”. Aquí vemos como Covarrubias
busca que la torre sea proporcionada con el edificio, y que
los gastos no sean excesivamente altos, e incluso una torre
del tamaño que él recomienda, sería
apropiada para una población de hasta dos mil vecinos,
teniendo en cuenta que en ese momento La Solana tenía
quinientos(4),
se hace con una importante visión de futuro, previendo
un importante aumento demográfico. En el segundo capítulo
indica que el tamaño del cuadro se ha de elevar por
la parte de fuera.
El
tercer capítulo trata de los cimientos, indicando
que éstos tienen que ser de nueve pies de grueso por
debajo de la tierra y “arriba an de ser de ocho
pies y de ally arriba yran en cada suelo disminuyendo lo
que al dicho maestro pareciere por la parte de dentro y la
parte de fuera”. En este caso se limita a indicar
el tamaño de los cimientos de la base, dejando al
criterio del maestro la disminución que ha de ir aplicando.
Imagen
de la Torre Parroquial hacia el 1930 |
El
cuarto capítulo es muy importante, ya que en él
delimita la altura que debe alcanzar la torre. En el
proyecto de Galdón alcanza los ciento sesenta
pies, repartidos en el caballete de la iglesia que
sube sesenta pies, mientras que lo que se ha de hacer
sobre el tejado del caballete subiría otros
sesenta pies “hasta encima de la cornisa
del remate porque de ally arriba le han dende los balaustres
y de piedra con su remate y comyenza el chapitel que
a de ser de hoja de Flandes y subiría por
lo menos mas de treinta y cinco pies por manera que
la dicha torre sera a esta quenta muy demasiado alta”.
Esta recomendación sería tenida en cuenta
y en las condiciones definitivas se reduciría
la altura total hasta los ciento veinte pies. |
El quinto apartado se centra en el “poyo que a
de correr por los lados de la portada que esta muy bien
salvo que parece muy desacompañado sy no se le echasen
unas molduras por lo baxo del asiento como agora va señalado,
porque la costa es poca”. En el siguiente recalca
lo dicho de las molduras, y que “estarían
muy bien en el dicho alto”. El séptimo
trata sobre la portada, que está muy bien proyectada,
tanto en la obra como en su precio, aunque los dos pilares
que tendría a los lados se deben juntar más
con las jambas de las puertas.
En
el octavo capítulo indica que la primera bóveda
de la torre debe ser de dieciocho pies en “quadro
y suba al alto de la dicha tribuna y aunque suba tres o quatro
pies mas alto la dicha bobeda estara mejor”. En
cuanto a la siguiente bóveda, donde está la
ventana, esta última no estaría bien con un
pilar en medio y balaustres, como ha sido proyectada, sino
que debería llevara su antepecho “todo de
buena cordinaçion y que las bueltas destas bobedas
no sean artesonadas syno llanas, porque tan poco requyere
tan costosa obra para dentro de la torre”.
Los
dos capítulos siguientes se refieren a las molduras,
indicando en el primero de ellos que están muy bien
las molduras labradas que se piensan hacer, pero que convendría
poner el en ellas “algunos dentellones(5) y
ventanyllos y
ovalos(6) porque
es poca costay desde lo baxo paresce bien”. En
cambio en el siguiente muestra su punto de vista contrario
a hacer otras molduras, próximas a las anteriores, “que
sera muy demasiado”, pues bastan con las ya dichas..
En
el capítulo onceavo, vuelve a ser contrario a
uno de los elementos proyectados: el andén, “por
ser sin proposito y fuera de todo buen corte y gran desproporçion
que lo que a de tener en lo alto se haga tan sin proposito
en medio del cuerpo de la dicha torre”. El andén
es un paseo o lonja cubierta, que podía hacerse alrededor
de una iglesia o edificio, generalmente por la parte de fuera
y que tenía por objeto que las personas pudieran pasear
por él. Los capítulos doce, trece, catorce
y dieciocho no se contestan, al hacer referencia al andén,
y haber recomendado el maestro que no se construyera, mientras
que al capítulo diecisiete, que trata sobre las ventanas
de la torre, indica que están muy bien planificadas,
y no es necesario hacer comentario alguno sobre ellas, al
igual que el capítulo veinte, que aunque no indica
a que hace referencia responde “que estan bien
ordenados conforme al debujo”.
En
el apartado quince, dice que la torre debería
comenzar a ochavarse desde la “cornisa del noveno
capitulo”, en el que hace referencia a unas molduras
que estarían situadas en dicha cornisa, debiendo rematarse
en cuadrado en las cuatro esquinas, “con sus remates
del romano de buena condiçion y sus ochavos y ventanas,
conforme al repartimiento de la misma traça”.
En
el decimosexto capítulo, trata sobre los antepechos
de las ventanas donde han de ir las campanas, recomendando
que no se hagan “balaustres transparentes” porque
no convienen en dicho lugar, debiendo poner unos antepechos
cerrados con sus pasamanos, lo que “estara muy
mejor”. En el capítulo decimonoveno vuelve
a tratar sobre las campanas, indicando que el lugar donde
se deben situar está muy bien dibujado en la traza,
aunque en las molduras vuelve a insistir en que se deben
poner dentellones, óvalos y ventanillas, “para
que sea mas vistoso y no es mucha costa”.
Los
capítulos
21 y 22 los responde de forma conjunta, “porque
es todo una cosa mysma”, indicando que “esta
muy bien en lo que toca a la buelta de horno y sus pechinas”,
concluyendo que si se toman en cuenta sus recomendaciones, “sera
un edificio bien concertado y con menos costa que en la
traça y condiciones”, firmando su informe
en Toledo el 26 de noviembre de 1552(7).
Pero ¿quien era el maestro que dio estas amplias
y documentadas recomendaciones, que tanto influyeron en el
proyecto final de la torre de La Solana? Alonso de Covarrubias,
nacido en Torrijos en el año 1488, va a ser uno de
los principales arquitectos del Renacimiento toledano. Se
formó en la escuela de Enrique de Egas, donde predominaba
un estilo gótico de influencia flamenca, casándose
con María Gutiérrez de Egas en 1510, lo que
dará un notable impulso a su carrera, al pertenecer
su mujer a tan importante familia de arquitectos, alcanzando
el mismo año de su matrimonio el grado de maestro,
participando entre otros trabajos en la catedral de Sigüenza,
el Hospital de la Santa Cruz de Toledo, la capilla de los
Reyes Nuevos o los palacios arzobispales de Alcalá de
Henares. Su estilo evolucionará desde el gótico
hacia una arquitectura más renacentista, abandonando
los cánones platerescos, en favor de unas ideas más
clásicas y exentas de ornamentación, propias
del Renacimiento.
En
1534 es nombrado Maestro Mayor de la Catedral de Toledo
y tres años más tarde, Maestro Mayor de las
Obras Reales, cargos con los que aparece en el informe que
realiza sobre la torre de la iglesia de La Solana. En estos
años realizará obras de gran importancia, como
el Hospital Tavera, el Alcázar o la Puerta Nueva de
la Bisagra en Toledo, interviniendo asimismo en la catedral
de Plasencia y en el convento dominico de San Esteban de
Salamanca(8), y visitando
obras por toda España (Valencia, Sevilla, Valladolid,…),
aunque la mayor parte de sus realizaciones se centran en
la ciudad de Toledo y su provincia. A partir de la década
de los cincuenta, se limitará a emitir informes y
tasaciones sobre obras, como podemos ver que hace en el caso
de la torre de La Solana, y acabará jubilándose
en el año 1566, muriendo cuatro años después,
con una edad superior a los ochenta años.
Observamos,
cómo el veedor que dará los consejos
técnicos para la realización de la torre de
La Solana, es uno de los arquitectos más importantes
no sólo del Renacimiento toledano o castellano, sino
de toda España, que había evolucionado desde
unos inicios platerescos hasta una visión clásica
y purista de las ideas renacentistas en la arquitectura,
llegando hasta un manierismo de estilo cortesano.
Una
vez que el proyecto de Alonso Galdón fue el recomendado
por Alonso de Covarrubias, éste maestro de cantería
realizó junto a los miembros del concejo, las condiciones
que debían servir de base para el concurso de la construcción
de la torre, en el que como podemos ver se tuvieron muy en
cuenta las recomendaciones del maestro toledano, sobre todo
en lo referente a las medidas de la torre, y que le daba
cierta ventaja a Alonso Galdón, aunque no le aseguraba
su realización. Las condiciones, que vamos a transcribir
tal y como fueron hechas en 1553, son las siguientes:
“Las
condiciones con que se a de hazer la torre de la iglesia
perrochial de la villa de la Solana mandada hazer por el
muy noble Ayuntamiento de la dicha villa y con el parescer
del muy noble Alonso de Cobarruvias maestro de las obras
de su Magestad y de la Santa Yglesia de Toledo son las
siguientes:
--Primeramente
es condiçion quel maestro en que quyen
se rematare esta dicha torre a la de hazer conforme a la
traça y condiciones que yo Alonso Galdon hize entiendese
que no an de quytar nada de lo debujado y traçado
y si algo oviere en las condiciones mal que en la traça
quel dicho maestro lo haga y no pueda quitar nada de lo debujado
y traçado.
--Yten
es condiçion quel dicho maestro a de eregir
esta dicha torre en el hastial de la yglesia a la parte de
ponyente y de treinta y quatro pies de quadro por la parte
de afuera.
--Yten
es condiçion quel dicho maestro a de ahondar
por los cimientos hasta donde halle tierra fuerte e peña
y que alli erija las paredes sobre suelo llano y nyvelado
y an de tener estas paredes nueve pies de ancho hasta la
flor de la tierra.
--Yten
es condiçion quel dicho maestro a de subir
esta torre ciento y veinte pies repartidos de la manera que
estan en la dicha traça y como aqui se dira, entiendese
que an de yr estas paredes hasta donde se ochava la torre
hasta el segundo suelo de siete pies y medio de grueso y
desde alli hasta el tercero suelo de siete pies y desde ally
hasta el quarto suelo ques el de las campanas de seis pies
y esto se ensanche tanto por la parte de afuera como por
la de dentro.
--Yten
es condiçion que desde el quarto suelo se
a de ochavar la torre como en la traça esta traçada
y con los remates que estan debujados y de ally suban las
paredes cinco pies y medio relaxados por la parte de fuera.
--Yten
quel dicho maestro haga un poyo alrededor de la torre de
pie y ochava de salida que se entiende de ancho y un pie
de grueso como esta en la traça la moldura.
--Yten
es condiçion quel dicho maestro a de hazer
una basa a los siete pies en alto de media tercia de salida
de manera que la torre subira hasta ally de ocho pies de
grueso las paredes de ally arriba yran de siete pies y medio
como dicho es.
--Yten
es condiçion quel dicho maestro a de hazer
una portada en la dicha torre como esta traçada e
debujada en la dicha muestra con molduras y talla como las
tienen en dibujo y del ancho quel dicho Ayuntamiento de la
dicha villa quisiere y conforme a el ancho vaya el alto repartido
conforme a el arte de la archititura(9).
--Yten
es condiçion quel dicho maestro a de hazer
una bobeda de diez y ocho pies en ancho y del alto que venga
con el suelo de la tribuna porque alli se a de hazer otra
bobeda de diez y ocho pies de cuadra y una ventana en ella
como en la traza esta debujada. A de llevar esta dicha bobeda
y las quales bobedas an de ser repartidas que vayan en tres
bobedas hasta el suelo de las campanas las quales dichas
bobedas an de ser de buelta de horno llanas syn moldura nynguna.
Yten
es condiçion quel dicho maestro a de hazer unas
molduras como en la traça estan debujadas repartiendolas
mas que ay desde el suelo hasta el suelo de las campanas
que se entiende alquitrave(10) y
friso y cornisa. El alquitrave de un pie de alto y de suso
de pie y ochava(11) y la cornisa de pie y ochava y
de salida otro tanto y alrededor de la torre como esta traçado
y con las molduras antiguas conforme a el arte de archititura.
Yten
es condiçion quel dicho maestro a de hazer en
llegando al suelo de las campanas unas molduras como estan
trazadas y con quatro gargolas a cada esquina una como estan
debujadas porque salga el agua que se entra en el campanario
y las molduras an de tener el alquytrave un pie y dos dedos
y el friso de media vara en alto y la cornisa de otra media
vara y otra media de salida de la manera que esta traçada.
Yten
es condiçion quel dicho maestro a de hazer dos
destos tablamentos sobredicho la torre ochavada de cinco
pies y medio de grueso las paredes y cada ochavo una ventana
de cinco pies y medio de ancho y de catorce pies en alto
hasta las molduras y desde alli arriba suban las molduras
y el antepecho.
Yten que a de hazer los antepechos conforme
a como estan debujados y traçados de cinco pies de
alto y a de elevarse tablamento de alto un pie y con la moldura
que esta en la traça y con su tronera en cada ventana
entiendese que son estos antepechos de las ventanas para
las campanas.
Yten
es condiçion que a de hazer el maestro estos
cercos destas ventanas de siete hiladas y la vuelta de medio
punto y a de tener de grueso media vara de macheta atandola.
Yten
quel dicho maestro a de hazer por cerca de las ventanas
de las campanas las molduras que estan debujadas y traçadas
que es alquitrave y friso y cornisay a de tener el alquitrave
media vara de alto y el friso una vara, y de alto la cornisa
otra vara y con las molduras que estan traçadas y
debujadas en la dicha traça.
Yten quel dicho maestro a de hazer un antepecho(12) de cinco
pies de alto que tenga la moldura alta, un pie de alto y
un pie y dos dedos de ancho y que haga moldura por fuera
y por dentro y la vasa un pie de alto y pie y dos dedos de
ancho y que haga moldura por de fuera y por de dentro y los
balaustres pie y quarta de grueso y el tablamento.
Yten
quel dicho maestro a de hazer los remates conforme a como
estan en la traça y de una vara en alto cada
uno y con sus espigas de dos dedos para que entren en el
tablamento.
Yten quel dicho maestro ha de hacer todos los ornales con
sus espigas de dos dedos que entren en las vasas y tablamentos
para que esten fijos y tengan de barriga una cuarta y de
alto una vara sin las espigas.
Yten quel dicho maestro no se fie en la boveda de buelta
de horno si no que debaxo della haga cuatro pechinas e vanos
en cada rincon una de dos pies de ancho y esto es para rescebir
los ochavos de la torre.
Yten
es condiçion que el dicho maestro a de hazer
la portada y las ventanas quadradas del segundo y tercero
suelo de la piedra de cuarcinos y la otra piedra toda labrada
la de los molares de Alhambra y chinales y todo y las gargolas
de la piedra de cuarcinos y a de hazer el dicho maestro las
dichas gargolas en las postreras molduras como en la traça
estan traçadas y que buele cada una dos pies y medio
de cabo de con dicha torre.
Yten
que el dicho maestro a de resçibir los dos suelos(13) segundo
y tercero la pared de la yglesia con dos arcos cada un suelo
uno, y an de llevar los arcos unas molduras antiguas y an
de ser de medio punto la buelta y de ancho de quinze pies
porque an de tener los pies derechos pie y medio de salida
y an de tener de mocheta asta tres quartas de fryso porque
para la tal pared ansi pertenece porques gruesa y alta.
Yten
an de ir todas estas paredes hasta el suelo de las campanas
de mampostería caen desmartillada y açercada
salvo esquinas y tablamentos y portadas y ventanas y del
suelo de las campanas arriba que vayan las esquinas y tablamentos
y antepechos de piedra labrada como dicho es.
Y
entiendese que porque esta dicha torre ha de tener çiento
veinte pies de alto como dicho es, tenyendo treinta y cuatro
pies de quadro que se pueden hazer desde el suelo de la tribuna
arriba hasta el suelo de las campanas, dos suelos con el
de las campanas y de bobedas llanas o de buelta de hornos,
entiendese que han de ir estas tres bobedas repartidas conforme
al arte de la archititura.
Yten
quel dicho conçejo de al dicho maestro todos
los materiales que se entiende cal y piedra y arena y agua
y madera y clavos y espuertas y sogas y todo que se entiende
grua y maromas y guyndaletas(14),
todo al pie de la obra salvo el sacar de la piedra labrada
que la ha de sacar el maestro.
Yten
es condiçion quel dicho conçejo de al
dicho maestro una casa suficiente e çerca de la yglesia
en que se pueda abitar el y su familia que podran ser seis
oficiales.
Yten
es condiçion quel dicho conçejo de al
dicho maestro todas las canteras que tocan a la piedra labrada
quel es obligado a sacar libres y desembarazados de todos
concejos y comendadores y que sy en algun tiempo empeçare
el dicho maestro e sus oficiales a sacar piedra en cuajazmos
en los molares de Alhambra que el dicho conçejo sea
obligado a pagarle al dicho maestro todo lo questoviere holgando
mientras se terminare si la pueden sacar como esto se entiende
si hobiere impedymento en conçejos e comendadores.
Yten
es condiçion quel dicho maestro en quien esta
obra se rematare la a de hazer y dar acabada conforme a el
contrato y condiçiones dentro de cuatro años
desde el dia del remate y si no lo hiziere que el dicho conçejo
pueda coger ofiçiales a su costa e de sus fiadores
del arte de archititura en cualquier pueblo que los pudiere
aver que sin juramento sea creydo el dicho conçejo
del gasto que con los dichos artistas gastaren para poder
executar en el dicho maestro e sus fiadores.
Yten
es condiçion que la contia de maravedíes
en que la obra se rematare se parta en quatro pagas iguales
y la primera le den a el dicho maestro en dando fianzas e
contento del dicho conçejo llanas y abonadas dentro
de la Orden de Santiago y la segunda del dia del remate en
un año, y la tercera el dia que tenga ochenta pies
en alto la obra y la cuarta el dia que este acabada la dicha
obra conforme a la traça y condiçiones y contratos.
Yten
es condiçion que para averiguar de esta obra
traça e condiçiones que para ella estan fechas
se traigan dos artistas del arte de archititura juntamente
con la arismetica ygeometria y pespetiva que sean abiles
y suficientes conforme a estos artes para que vean sy esta
fecha y acabada como la traça y contrato dizen.
Yten
es condiçion que si el dicho conçejo
dilatare la paga o el traer de los materiales que sea obligado
a requerir a el dicho maestro quince dias antes que se le
acaben los materiales o la paga que busque donde trabajar
porque ellos no le pueden dar recaudo e ordeno le paguen
al maestro por cada dia que holgare medio ducado y a los
oficiales a cada uno tres reales y que todo el tiempo que
se dilatare en dar las dichas pagas o los dichos materiales
se le alarguen al dicho maestro el termino de los cuatro
años.
Yten
es condiçion por condiçion olvidada quel
caracol para la subida de esta dicha torre a de yr en la
parte y manera que en el elijimyento esta traçado
y a de ser de millor canteria y de a tres pies de largo el
escalon y con su moldura antigua y a de haber en el dicho
caracol una puerta con una moldura romana en la estrada del
dicho caracol ques en el suelo de la tribuna. Y a de cargar
este caracol la mitad del sobre una pechina que a de hazer
el maestro desde la torre a el estribo que esta a la plaza
y a par del tercero suelo para el servicio del a de hazer
una puerta de una vara en ancho.
Yten
es condiçion que la ultima cubierta ques encima
de las campanas do sea a de cargar el chapitel a de ser de
molejones(15) de toças
porque si se hiziese de bobeda reempujaria las ventanas y
las toças ante el la tienen travada la dicha torre
y estas toças lan de dar el dicho conçejo y
labrallas y asentadas porque no tocan el arte de archititura.
Digo
yo Alonso Galdon vezino de Mançanares que are
esta dicha torre conforme a la muestra y condiçiones
y contrato y me an de dar por la traça y condiçiones
ocho ducados, los seis el dicho conçejo y los dos
el maestro en quien se rematare la dicha obra y estos seis
me los an de dar luego. Ha de pagar siete ducados e el maestro
en quien fuere rematada la obra.
Entiendese que esta torre que esta agora fecha se ha de
derrocar luego que sea rematada que no dejen della mas del
anchura de la pared que a de tener la torre y esto a la parte
de la plaza y con aquello liguen la torre muy bien.
Digo
yo Alonso Galdon que are esta torre conforme a la traça
y condiçiones muy bien acabada por quinientos mil
maravedíes y para ello dare fianzas como dicho es
y de la postura.
Quel maestro en quien se rematare sea obligado a su costa
de derribar lo que se obre e de derribar la torre.
Los
señores Alcaldes y Regidores dijeron que recibian
y recibieron estas dichas condiçiones e muestra en
el preçio de quynientos mil maravedíes y se
asigno el remate para veinte e dos de henero de este año
y mandaron que se pregone testigos Mingo Almaçan y
Pedro Ximénez, vecinos desta villa, Alonso Gonzalez,
Francisco Ruiz, Juan de Salazar, Juan Diaz, Juan de Castro”(16).
Una
vez definidas las condiciones para realizar la torre de
la iglesia de Santa Catalina, y en la primera postura que
se hace para realizarla, Alonso Galdón se compromete
a hacerla por la cantidad de quinientos mil maravedíes,
que es la cantidad con la que se parte para iniciar el concurso
sobre la construcción de la torre. A continuación
los regidores del Ayuntamiento de La Solana ordenan que se
pregone dichas condiciones para que los maestros de cantería
interesados en realizar la torre, puedan presentar sus propuestas.
El
22 de enero de este año de 1553 se presenta ante
los oficiales del Ayuntamiento, Juan Sánchez, vecino
de Almagro, que bajó el precio de realización
de la obra en cincuenta mil maravedíes(17).
Al día siguiente, Alonso Galdón baja otros
diez mil maravedíes, dejando la cantidad en cuatrocientos
cuarenta mil. A continuación es Domingo de Garrucha,
vecino de Valdepeñas, quien vuelve a bajar hasta los
cuatrocientos treinta mil maravedíes, acabando en
ese momento la segunda postura, dejando para el día
siguiente la conclusión del concurso(18).
Como podemos observar, los diferentes maestros de cantería
que se habían presentado con el objeto de realizar
la obra iban bajando la su tasación, lo que favorecía
un abaratamiento de su coste.
Nuevamente
es pregonado el resultado, y el día veinticuatro
se reúne el bachiller Santisteban, cura de la parroquia,
con los oficiales del Ayuntamiento para acabar con el concurso.
Nada más comenzar este día, Alonso Galdón
vuelve a bajar el precio hasta los cuatrocientos veinte mil
maravedíes, comprometiéndose además,
junto a Lope de Aranjuez, con el que se ha asociado para
pujar por la obra, a introducir un nuevo elemento que no
figura en las condiciones: la construcción de un humilladero
y la reparación del “pilar de agua”, obras
que tenía proyectadas el concejo y que todavía
no había adjudicado, cuyas características
ya hemos descrito en el capítulo anterior. Alonso
Galdón que no debía estar muy seguro de las
adjudicación del proyecto, baja de nuevo el precio
hasta los cuatrocientos mil maravedíes, adelantándose
a sus posibles competidores, siéndole finalmente adjudicado
por dicha cantidad(19).
Imagen
de la Torre desmochada en 10936 |
Las
condiciones para la construcción de la torre,
no sólo nos informan de cómo se debía
hacer ésta, sino que como hemos podido observar
se nos hace una descripción pormenorizada de
su estructura, características, precio, plazos
de ejecución (cuatro años), forma de
pago en cuatro plazos, quienes la construyeron, su
situación en la zona del poniente y con una
parte mirando hacia la plaza, más o menos la
misma que tiene en la actualidad, a la vez que podemos
destacar la referencia que hace sobre el “torreón
viejo de campanas”(20),
el cual podría corresponderse con los restos
hallados en la zona de la lonja, si bien algunos
autores(21) consideran
que estos restos pertenecen a una torre, supuestamente
construida hacia finales del siglo XV, aunque hay varios
indicios que nos hacen suponer que dichos restos se
corresponden con la primitiva torre de la iglesia construida
en el primer tercio del siglo XV. Estos indicios son
los siguientes: |
--En
primer lugar su situación y denominación,
ya que como nos indica claramente el juicio que tiene lugar
en 1550 sobre la construcción de una nueva torre,
a la existente con anterioridad, se le denomina “torreón
viejo”, lo que nos indica que es una construcción
realizada bastante tiempo atrás, a la vez que la sitúa
en el lugar donde han aparecido los restos, en la lonja situada
en la zona del mediodía.
--Por
otro lado, aunque en 1480(22) se
ordena destruir la torre,
puede que ésta se desmochara destruyéndose
los añadidos del comendador Mosén Diego de
Villegas, que eran los que le daban cierto aspecto de fortaleza,
ya que al tomar éste la torre la remodeló bastante,
como se puede comprobar en la descripción que sobre
la misma hay en la visita de 1478. La mayoría de estas
adiciones o añadidos serían de madera, pero
no así la primitiva torre, que es denominada de cal
y canto, material más caro y duradero.
--En
1494 se habla de la torre mencionándose que
es de cal y canto (al igual que es descrita en 1468(23)) y
que está a los pies de la iglesia, situación
lógica y que se corresponde con el lugar donde aparecen
los restos del torreón ya que en esos momentos la
iglesia terminaba más o menos a esa altura, como ya
hemos mencionado en otros capítulos. Las sucesivas
ampliaciones harán que la primitiva torre sea sobrepasada
por la capilla del bautismo, comenzada a construir en 1531,
quedando en su situación actual.
--La
torre citada en 1494 no es descrita en ningún
momento como de nueva construcción, ni aparece orden
alguna para su edificación, algo extraño para
una obra de dicha importancia, como tampoco es lógico
que a dicha torre la denominen sesenta años después “torreón
viejo”, lo que nos muestra que su antigüedad era
superior.
--La
estructura de la torre no se corresponde totalmente con
las construcciones de finales del XV, siendo la subida
algo más arcaizante, pudiendo corresponder perfectamente
con una construcción de la primera mitad de dicho
siglo. No es lógico que la práctica totalidad
de las torres construidas en el Campo de Montiel a finales
del siglo XVI se conserven hasta la actualidad y la de La
Solana tuviera que ser reemplazada a mediados del siglo siguiente,
a no ser que fuera anterior y se hubiera deteriorado por
la adición y supresión de elementos superpuestos,
como consecuencia de su ampliación por el comendador.
Todos
estos apuntes nos conducen a pensar que el denominado “torreón
viejo” se podría corresponder perfectamente
con los restos del torreón aparecido en la iglesia,
pudiendo datarlo en el primer tercio del siglo XV.
La
construcción de la nueva torre dará lugar
a numerosas vicisitudes, cambios, problemas y pleitos, pero
eso lo veremos en el próximo capítulo.
NOTAS
1.ARCHIVO
HISTÓRICO NACIONAL (AHN). Archivo Judicial de Toledo.
Santiago. Legajo 21530. 1546. Tasación
de la torre de las campanas.
2.AHN.
Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso
del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por la construcción
de la torre de la iglesia. Informe del maestro Covarrubias.
3.El
pie es una medida de longitud usada en numerosos países,
oscilando sus equivalencias desde los 23 centímetros
en Francia hasta algo más de 30 en Inglaterra. El
pie castellano, que es al que hacen referencia aquí,
equivalía a la tercera parte de una vara, lo que suponía
unas dimensiones de algo menos de 28 centímetros (ligeramente
superior a los 278 milímetros y medio), dividiéndose
en doce pulgadas.
4.AHN.
Sección Órdenes Militares. Santiago.
Libro 1085C. Visita de 1551, pág. 1146
5.Un
dentellón es una especie de moldura que se suele
colocar debajo de la corona de la cornisa dórica,
recibiendo este nombre por su similitud con los dientes.
6.Son
molduras que tiene adornos con forma de óvalos
o huevos.
7.AHN.
Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso
del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por
la construcción
de la torre de la iglesia. Capítulos del informe
del maestro Covarrubias
8.CASTILLO,
Miguel Ángel: Renacimiento
y Manierismo en España. Historia del Arte, tomo
28. Historia 16. Madrid, 1989, pp. 65 y 66.
9.Se
refiere al arte de la arquitectura.
10.El
arquitrabe es la parte inferior del entablamento, que descansa
directamente sobre el capitel de la columna. También
se puede denominar a la parte inferior de una cornisa.
11.El
termino ochava tiene en este texto dos significados diferentes:
unas veces hace referencia a una parte de la torre que
debía ochavarse
o hacerse de forma ochavada, en la que indica que se debe
hacer con ocho lados iguales, mientras que en este caso una
ochava es una unidad de medida, que se corresponde con la
octava parte de una vara, algo menos de diez centímetros
y medio.
12.El
antepecho es un pretil de piedra, ladrillo o madera, de
algo más de
una vara de alto, recibiendo dicho nombre porque solía
llegar a la altura del pecho
13.Al
hablar de suelos, se esta haciendo referencia a cuerpos
o pisos de la torre.
14.La
guindaleta es una especie de maroma, no muy gruesa, que
se utilizaba para subir los materiales a lo alto de los
edificios. El maestro Alonso de Covarrubias nos indica
que recibía ese nombre por
estar tejida por cinco ramales.
15.Los
molejones son piedras de amolar.
16.AHN.
Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso
del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por la
construcción
de la torre de la iglesia. Condiciones de la traza de la
torre de la iglesia parroquial de la villa de La Solana.
17.AHN.
Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso
del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por la
construcción
de la torre de la iglesia. Primera postura de Alonso Galdón
para hacer la torre.
18.AHN.
Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso
del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por la
construcción
de la torre de la iglesia. Segunda postura de Alonso Galdón.
19.AHN.
Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso
del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por la
construcción
de la torre de la iglesia. Tercera postura de Alonso Galdón.
20.AHN.
Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso
del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por la
construcción
de la torre de la iglesia. Informe del maestro Covarrubias.
21.ESCUDERO
BUENDÍA,
Francisco Javier: La Iglesia de Santa Catalina
de La Solana (s.XII-XV). Orígenes de la villa. Ediciones
Soubriet. Tomelloso, 2003, pp. 210, 212 y 213.
22.AHN.
Sección Órdenes
Militares. Santiago. Libro 1064C. Visita de 1480, pág.
157.
23.AHN.
Sección Órdenes
Militares. Santiago. Libro 1233C. Visita de 1468, pág.
71 y libro 1067C. Visita de 1494, pág. 643.