Infancia

 

ORIENTACIONES PASTORALES

 

 

SÍ A LA MISA CON NIÑOS


En muchas ocasiones se da la discusión entre los agentes de pastoral de si la misa con niños, nunca de niños, es buena para el futuro de la fe y sacramental de ellos.

Unos esgrimen la experiencia de que se acostumbran a esta misa y luego les cuesta "entrar" en la misa con adultos, otros dicen que no lleva a nada porque lo importante es la participación de la familia en el marco eucarístico, otros comentan que cuando dejan de ser niños abandonan la práctica habitual del sacramento

Otros, entre los que yo me sitúo, creemos fundamentalmente que la misa con niños ayuda al pequeño a ir integrando en su vida la experiencia comunitaria de la fe, le ayuda a comprender los signos y partes de la celebración y los va insertando, progresivamente, en la participación y comprensión de la misma. Desde mi experiencia, he podido comprobar como, cada día, los mayores acuden con más frecuencia a la misa de los pequeños, que a la propia de su edad. Solo hay una razón dicha por ellos al preguntarles: ¡Nos enteramos mejor y participamos más! Esta respuesta, que no es banal, me ha llevado en muchas ocasiones a pensar si no están pidiendo nuestras comunidades otro tipo de celebración más cercana, mas cálida, más profunda donde la experiencia de Dios se pueda captar y sentir

Reconozco, que preparar una misa con niños, es mucho más que preparar una "buena" homilía, hay que optar por ello, y para eso es necesaria la implicación de los que se dedican a la educación de la fe de los más pequeños (los propios catequistas, un grupo de liturgia formado por niños, los grupos mayores de catequesis).

Mi experiencia es buena, muy buena, tanto en las parroquias del mundo rural (pueblos de 400 habitantes) como en parroquia más urbanas. Acercar la Palabra de Dios desde la sencillez es válido en todos los sitios. No importa el número de pequeños que haya en la comunidad, sino el objetivo que nos proponemos para incluir, en nuestra vida parroquial, la misa con niños.

Para validar estos comentarios anterior me valgo de lo que dice la Sagrada Congregación para el Culto divino, en su Directorio para las misas con niños, del 1 de noviembre de 1973: "La Iglesia debe cuidar especialmente de los niños bautizados, cuya iniciación ha de ser completada por los sacramentos de la confirmación y la eucaristía, y también de aquellos que han sido admitidos recientemente a la sagrada comunión" (punto 13).

El Concilio Vaticano II en la Constitución dogmática Dei Verbum, sobre la divina revelación, número 1 y la Constitución Sacrosanctum Concilium, sobre la liturgia, número, 48 nos dice que unos de los cuidados que la Iglesia, siguiendo a su Maestro, debe prestar a los niños es la iniciación en la celebración eucarística, en cuya doble mesa, de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo, están llamados a participar.

Las Comisiones Episcopales de Liturgia y de Enseñanza y Catequesis consideraron necesario ofrecer a las comunidades cristianas de España un Leccionario para la misa con niños, que fuese instrumento útil y coherente con su proceso de educación en la fe. Vio por primera vez la luz en 1973 el Leccionario IX. Esto significa que las misas con niños tienen ya una historia plasmada incluso en libros litúrgicos y avalada por la Iglesia.

A continuación podemos ver algunas orientaciones sobre la Misa con Niños según los cánones eclesiales:

 

 

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